El calibre de una bala se refiere al diámetro interno del cañón de un arma de fuego, o el diámetro de la bala que se dispara desde ella. Se mide en milímetros o en fracciones de pulgada, dependiendo del sistema de medida que se utilice.
La medición del calibre de una bala se realiza a través del diámetro de la bala. Por ejemplo, una bala de calibre .22 tiene un diámetro de .22 pulgadas. En el sistema métrico, una bala de 9mm tiene un diámetro de 9 milímetros.
Existen varios tipos de calibres, cada uno con sus propias características y usos. Vamos a explorar algunos de ellos.
Las escopetas utilizan un sistema de calibre diferente al de las pistolas y rifles. En lugar de medir el diámetro de la bala, el calibre de una escopeta se determina por el número de bolas de plomo del mismo diámetro que la bala que caben en una libra de plomo.
En la caza, los calibres más comunes de escopetas son el 12 y el 20. El calibre 12 es más potente y tiene un mayor alcance, mientras que el calibre 20 es más ligero y manejable, lo que lo hace ideal para cazadores jóvenes o de menor estatura.
Los rifles tienen una amplia gama de calibres, desde el pequeño cartucho de .22 para la caza menor hasta el poderoso .50 para la caza mayor. Cada calibre tiene sus propias ventajas y desventajas, y la elección del calibre correcto depende del tipo de caza que se vaya a realizar.
En España, los calibres permitidos para la caza varían dependiendo del tipo de caza y de la especie que se vaya a cazar. Por ejemplo, para la caza mayor, se permiten calibres desde el .270 Winchester hasta el .338 Lapua Magnum.
Aquí te presentamos una tabla de calibres de balas, que incluye los calibres más comunes y sus características principales. Esta tabla te ayudará a entender mejor las diferencias entre los distintos calibres y a elegir el más adecuado para tus necesidades.